He puesto mi poesía
al servicio de mi patria,
fustigo a la tiranía
con mi rima y mi palabra.
En ella van reflejados
mi corazón y mi alma,
mis largos años de exilio,
mi tristeza y mi nostalgia.
Mis momentos de alegría
junto a mi eterna esperanza
de poder volver un día
a mi eterna enamorada.
Mi inspiración continúa
con mi continua añoranza,
por esa tierra divina
de las cañas y las palmas.
Son tantas mis poesías,
quien sabe cuantas más faltan,
soy esclavo de la musa,
la musa que dicta y manda.
Pudiera ser que algún día
al ver ya libre a mi patria
la musa a mí me faltara,
y al sentirse innecesaria
por falta de inspiración,
ya quejumbrosa y cansada,
mí pluma se retirara.
Publicado en el Libro: Poemas II
Autor: Cástulo Gregorisch
Deja un comentario